Son 2 términos que hacen referencia a la Energía, Esencia o Fuerza Primordial Masculina YANG, y que está presente en todo ser vivo, bosques, montañas, hombres y mujeres.
A lo sagrado masculino se le atribuyen cualidades de acción, radidez, intrepidez, osadía, fuerza y entusiasmo. Lo relacionan con el elemento fuego y el cerebro.
Cuando hablamos de la Fuerza o Esencia Masculina básicamente nos referimos al Espíritu del Padre Sol, la Luz, la Presencia Cósmica, el semen que cada dia dia viene a fertilizar a la Madre Tierra para continuar la Vida en el Planeta. Es la Consciencia Cósmica.
Todas las Grandes Civilizaciones fueron y los Pueblos Originarios existentes hoy son «solares», reconocen que la Fuente Primordial del Sagrado Masculino es el Sol y con el, la Fuente de la Energía invisible de la creación, la luz, la sabiduría, el espíritu.
Con esta fuerza se asocian todas aquellas cualidades como la concepción, la acción, el movimiento, el eje de nuestras vidas, la presencia, la coherencia, la rectitud, la voluntad y fuerza espiritual, la energía que custodia y protege a lo Sagrado Femenino, que cuida y da origen a la Vida. Recibimos esta conexión a través de nuestros chakras superiores. Pero cuando estamos desenraizados de la naturaleza, nuestros chakras inferiores se debilitan y la energía en nosotros se torna excesivamente mental y todas estas cualidades se vuelven confusas, ya no sabemos quien dirige nuestras vidas ni a quien servimos, perdemos el poder de nuestro cuerpo y nos distraemos de lo esencial.
Así mismo la Masculinidad Sagrada hace referencia al Hombre. Ya que es la representación del Sol en la Tierra, con el Fuego en su Corazón, el hombre es presencia y manifestación de esta fuerza solar y por eso lo hace un Ser Masculino por Excelencia.
El masculino sagrado es un concepto que tiene su origen en los arquetipos masculinos percibidos a través de diferentes corrientes espirituales. Figuras arquetípicas como Zeus, Thor, representan las cualidades que conforman las referencias utilizadas para reflejar la cualidad sagrada de la energía masculina.
El masculino sagrado se basa en los principios de la acción, centrándose básicamente en actuar en lugar de esperar. Esta energía que habita en todos los seres, independientemente del sexo, el género o la sexualidad, está relacionada con la precisión, la confianza, el hablar por uno mismo y el luchar, cuando es necesario, por una causa.
¿Qué se entiende por «sagrado»?
La palabra «sagrado» procede del latín «sacer», que a su vez significa dedicado, purificado o consagrado a los dioses. Por esta asociación, es posible utilizar la palabra sagrado para referirse a todo lo relacionado con lo divino. En general, todo lo que conforma la noción de sagrado se considera inmutable y, por tanto, genera veneración y respeto.
Todo el Universo está compuesto por dos energías esenciales de naturalezas opuestas y complementarias, a menudo denominadas femenina y masculina. Por lo tanto, todas las personas y seres tienen acceso a estas energías y están formados por ambas, independientemente del sexo, la identidad de género o la sexualidad.
Las Fuerzas de la Creación
Existen dos fuerzas en la creación una Fuerza Femenina y otra Fuerza Masculina, esta dualidad es más conocida como el ying y el yang para el Tao.
Sin embargo estas fuerzas más conocidas como «energías» co-existen e interactúan simultáneamente, no existe la una sin la otra, son opuestas y complementarias a la vez. Si una de ellas esta en desbalance, toda creación se genera sin complitud. Cada una contiene cualidades especificas que las hacen únicas y necesarias para el desarrollo de la otra.
Para entender mejor estas dos fuerzas, tenemos el día y la noche, el sol y la luna, el interior y el exterior, arriba y abajo, frio y calor, luz y oscuridad. hombre y mujer, ying y yang.
Según el taoísmo y la medicina tradicional china, el yin y el yang representan una dualidad energética de naturaleza opuesta y complementaria. La energía yin suele estar más presente en las mujeres, ya que representa el principio femenino.
Así, la energía Yin se asocia con la luna, la oscuridad, la noche y sensaciones como el frío y la humedad. Por el contrario, la energía Yang suele estar más presente en los hombres, ya que es el principio masculino, y se asocia con el sol, el día, la claridad y sensaciones como el calor y la sequedad.
A lo largo de los años, en los hombres se ha reprimido el principio Yin, sin embargo, ambas son necesarias para el equilibrio.
Anima y Animus
Anima y Animus son conceptos derivados de la psicología. Mientras que Anima es la representación de la psique femenina, Animus es su contrapartida masculina. Este concepto se acuñó al darse cuenta de que en las diferentes religiones del mundo siempre hay arquetipos masculinos y femeninos, como Shiva y Parvati, Frey y Freya, etc.
Energía masculina en desequilibrio
Cuando la energía masculina está desequilibrada, surgen muchos problemas, entre ellos la agresividad exacerbada, la falta de liderazgo compasivo, la adolescencia y el infantilismo que se perpetúan en la edad adulta y la desconexión con la energía femenina.
Y el antídoto para estos patrones de masculinidad tóxica es la conexión con la masculinidad sagrada. La masculinidad tóxica se basa en el miedo, ya que es el resultado del estancamiento generado por la falta de liderazgo, los modelos de conducta equivocados y, sobre todo, la ausencia.
El femenino como despectivo
En una sociedad basada en conceptos como subyugar y conquistar todo, lo femenino es visto como una debilidad y adquiere un carácter despreciativo, por lo que los niños desde pequeños son entrenados para creer que todo lo femenino debe ser devaluado.
Como consecuencia, acaban teniendo problemas para relacionarse, ser emocionales y desarrollar la empatía, y en su vida adulta acaban convirtiéndose en agresores potenciales, con problemas para expresar la intimidad, estando abocados a la soledad y con un alto nivel de desarrollo de la depresión.
Para conectar con el masculino sagrado, es fundamental despojarse de los conceptos tóxicos que impone la sociedad. Como punto de partida, es importante desarrollar el autoconocimiento y el autoperdón, así como reconocer que necesitas ayuda.
Finalmente, no podemos postergar más tiempo el que los hombres descubran que al margen de la agresividad machista existen la fuerza, el poder y el sentimiento amoroso en su naturaleza original. Hay momentos para que surja la fuerza y aparezca la firmeza propia del hombre y otros momentos en que lo esencial es la suavidad, la sutileza y la gentileza. Nunca una cólera desbordada, impulsiva sino la sensata decisión de un maestro de artes marciales que se sabe letal y que asume su integridad sin darle poder a nadie externo para alterarla.
Existen hombres que conocen el amor sagrado y la relación armoniosa con lo femenino, que han buceado en los entramados de las fantasías masculinas y conocen perfectamente sus debilidades, así como las consecuencias futuras de algunas actitudes y comportamientos desequilibrados. Saben que se trata de caminar juntos unidos de las manos y multiplicando la fuerza de cada uno por diez, mirarse a los ojos y amarse, compartir los sueños y realizar cada uno su destino, mientras el corazón comparte con la pareja su dicha.
A veces habrá que aceptar valientemente el dolor y la pena, pero no hay que proyectarla sobre la pareja, de esta manera las relaciones se convierten en un camino del despertar de la conciencia. Al principio lo que hay es tan sólo el reflejo de lo que nuestros padres dejaron en nosotros, y sus fracasos y fallas se han convertido en los nuestros hasta que en la línea de las generaciones alguien acabe por resolverlas para siempre. Antes o después, las energías masculinas y femeninas tendrán que fusionarse y unificarse.
El hombre debe encontrar en su interior lo masculino sagrado, su naturaleza original o la verdad del ser, e ir creciendo en ella con la edad. Cuanta más se une a su energía masculina sagrada, mayor poder de realización siente y más grande es su capacidad de amar. Cada día más fuerte y también más sensible, más tierno y amable.
Coach Onyelyg de Castillo.